23 de julio.
Actualizado: 28 de jul de 2020
Evangelio según San Mateo 20,20-28.

La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo. "¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". "No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron. "Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre". Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
¿Qué quieres?
El Señor Jesús estaba realizando su último viaje a Jerusalén en donde le esperaba la cruz. En el camino iba explicándoles a sus discípulos que sólo de esta manera se podría establecer el Reino de Dios en la tierra. Pero al mismo tiempo, también insistía acerca de cuáles serían los principios de su Reino.
En el evangelio, vemos que la grandeza dentro de su reino tampoco se consigue como en el mundo, sino a través del servicio.